“Las vueltas que ha
dado el mundo, y las que tiene quedar”. Así decían nuestros abuelos de antaño.
Tal vez nadie llegó a imaginar que en uno de esos giros de nuestro planeta, un
país como Venezuela, cuna del Libertador Simón Bolívar, quien llevó la
gesta independentista a cinco naciones
Latinoamericanas para liberarlas del coloniaje español, iba a convertirse a la
vuelta de 202 años de su independencia, en una nueva colonia. Algunos se preguntarán qué paso con aquel
bravío pueblo, inmortalizado en la notas del glorioso himno nacional, que su
estrofa principal dice: “Gloria al bravo pueblo/ que el yugo lanzó”. De aquella condición bravía que nos
caracterizaba queda ya muy poco.
Lo absurdo de todo
esto es que el nuevo país colonizador es una pequeña isla anclada en el Mar de
las Antillas; para desgracia
nuestra, una nación atrasada,
empobrecida por un régimen comunista que la gobierna hace más de cincuenta años; dependiente antes de las limosnas que le
prodigaba la extinta Unión Soviética, y ahora de los cien mil barriles de
petróleo diario que se le envían desde su colonia, más otras costosas regalías.
Los comunistas cubanos, siempre le habían puesto el ojo a las
riquezas venezolanas. Para lograr ese
cometido, fueron preparando una invasión, a fin de instaurar en el país un régimen comunista dependiente de Cuba; pero les salió el tiro por la culata, pues la
invasión preparada por Fidel Castro a las costas mirandinas de Machurucuto fue
rechazada, perseguida y vencida por aquel glorioso ejercito que teníamos en
aquellos tiempos. Fueron los valientes combatientes del Batallón de Cazadores del Ejército Venezolano, quienes
los pusieron en fuga aquella memorable fecha del 10 de mayo de 1967. Según
cronistas de la época, hubo más de cincuenta y nueve muertos, entre jóvenes
soldados y algunos civiles.
Como dato curioso,
en aquella invasión participaron, por el
lado cubano, el general Arnaldo Ochoa Sánchez, un oficial que había recibido
las más altas condecoraciones y medallas
por sus méritos, considerado un héroe de
guerra y después fusilado por el sátrapa cubano porque su figura comenzaba a
opacar la suya - después inventó la farsa del narcotráfico - Por el lado venezolano participaron muchos de
los que hoy ocupan o han ocupado el alto gobierno del teniente coronel Hugo
Chávez ; entre ellos cabe destacar al Sr. Fernando Soto Rojas, connotado
comunista, quien llegó a presidir la Asamblea Nacional. Bueno, lo cierto es que llegaron
por lana y salieron trasquilados.
Pero el tirano de Cuba no se quedó tranquilo. Venezuela era
un botín muy rico. Debía continuar con su proyecto hegemónico de conquista.
Había que hacer algo y se le ocurrió la idea de infiltrar a sus patéticos
agentes del G-2 entre la filas del las
Fuerzas Armadas de Venezuela.
Pasaron unos cuantos años y el Dictador cubano comenzó a
cosechar lo que había sembrado. Un grupo de militares venezolanos incurrieron
en una asonada militar el 4 de febrero de 1992 para derrocar al gobierno
presidido por Carlos Andrés Pérez. Trataron
de dar un Golpe de Estado que, a pesar de lo sangriento de sus acciones, fracasaron
rotundamente. Sus promotores fueron hecho prisioneros; pero no habían
transcurrido dos años, cuando el
entonces Presidente Rafael Caldera les concedió la gracia del indulto para que se
incorporaran a la vida civil; Y así andaba el jefe de la insurrección militar
por esas calles de Dios, como ya no pertenecía al ejercito ya que lo habían votado de sus filas, se vestía
con un liquilique (traje típico venezolano) color verde olivo, tratando de
convencer a la gente que se abstuvieran de participar en los comicios que iban
a realizarse, para ese entonces, destinado a elegir gobernadores y alcaldes.
En toda su puta vida, al tirano de Cuba solamente le han salido
más o menos bien, tres cosas: El triunfo de la Revolución Cubana; su alianza
con la URSS, quien la sostuvo en lo político, económico y militar, hasta que se
derrumbó para siempre; conocer a Hugo Chávez, tratarlo e invitarlo a la Isla,
donde fue recibido con honores de Jefe de Estado, cuando solamente era un pela
bola, Fidel lo enamoro y logró ejercer una fascinación casi mesiánica sobre
Chávez. El olfato del viejo dictador le auguraba que este ex - soldado sería
una pieza importante en la política venezolana,
y que tal vez, algún día llegaría a la Presidencia de la república. No
se peló.
Lo demás es harto conocido. Poco a poco los cubanos fueron
penetrando todo el tejido social de la República, asumiendo el control de
cuanto podían lograr: Salud, educación, notarias, aeropuertos, puertos, red de
distribución de alimentos, refinerías, instalaciones militares y pare usted de
contar.
Ahora con la enfermedad terminal del Presidente venezolano,
quien se marchó a Cuba en busca de salud - No faltaba más –, los poderes se
trasladaron a La Habana, según dicen, desde ahí gobiernan a Venezuela los hermanos Castro; es lógico pensar que La Habana se convirtiera en la nueva metrópoli
del imperio cubano, donde se dirigen cada semana los encargados del gobierno
colonial, para presentar sus estados de cuenta.
Lo que asombra a la
mayoría de las personas que conocen esta situación, es la pasividad que el
pueblo ha demostrado ante este nuevo colonialismo. Miran con indiferencia como
pisotean el territorio nacional al permitir que una bandera extranjera sea
izada en instalaciones militares y edificios públicos. Solamente los
estudiantes amantes de la democracia y
la libertad, se han opuesto a este
gobierno entreguista, y se encuentran en pié de lucha. ¡¡Benditos sean!!
Para muestra aquí les dejó testimonio grafico de la invasión.
PALACIO DE GOBIERNO
INSTALACION MILITAR
EMPRESA DE ENERGIA ELECTRICA
COMPLEJO INDUSTRIAL
SOLDADOS CUBANOS EN DESFILE MILITAR VENEZOLANO
DESFILE MILITAR VENEZOLANO
REFINERIA PETROLERA
AEROPUERTO VENEZOLANO
SERVICIOS DE MIGRACIÓN Y EXTRANJERIA
ESTUDIANTES VENEZOLANOS
QUEMANDO BANDERA CUBANA
José Omar Tirado
omtir65