Realizar un estudio sobre la
religión mahometana es una tarea ardua y laboriosa. No poseo la experiencia ni
los conocimientos necesarios para emprender un trabajo de tal magnitud; por lo
tanto, voy a hacer uso de mis derechos constitucionales como cualquier hijo de
vecino, acogiéndome a los postulados de la libre expresión de las ideas, y así
disertar, de manera breve, sobre aquel hombre que se llamó Mahoma.
Desde nuestros primeros años de
escolaridad, los maestros nos hablaban de ese señor. Recuerdo como si fuera hoy
cuando, hace algunos años atrás, la maestra Clotilde nos decía – Dios es Alá y
Mahoma su profeta – No sé si todavía en los programas de estudios seguirán
tratando sobre el tema, dada las condiciones actuales de la Educación. Lo
cierto del caso es que nos enseñaron que Mahoma fue un hombre común y
corriente, con las virtudes y defectos, las alegrías y tristezas de cual
cualquier ser humano; Un hombre como lo fue Moisés, Jesús de Nazaret y Buda.
Jesús y Mahoma nacieron en el
seno de una familia muy pobre: el padre de Jesús, como todos sabemos, fue un
humilde carpintero, y el de Mahoma, de quien se conoce muy poco, pues murió
cuando el niño apenas cumplía los seis años de edad, fue un cuidador de
camellos. Se conoce por referencia, que al quedar huérfano, fue recogido por su
tío Abib Talib, el cual se encargó de la crianza hasta que tuvo la edad
suficiente para trabajar como criado para una familia muy rica, y cuando muere
el Jefe de familia, la fortuna quedó en manos de la viuda Jadicha, quien no tardó
en casarse con Mahoma.
Esta nueva situación dio un
vuelco a su vida: se convirtió en un prospero comerciante, ascendió en la
escala social, siendo un personaje respetado por sus congéneres y cuando andaba
ya por los cuarenta años, comenzó a retirarse periódicamente al desierto, donde
pasaba días y semanas enteras dentro de una caverna situada en el monte Hira,
allí, según dijo después, el Arcángel Gabriel, no sólo se le aparecía, sino que
le hablaba y enseñaba el secreto de la verdadera fe.
Cuando le contó a Jadicha lo que
había pasado, ésta le aconsejó que comenzara a predicar dichas enseñanzas a los
habitantes del pueblo. Así lo hizo y se presentó como un profeta más, enviado
por un ser superior para que condujera de nuevo al pueblo a la religión de Abraham.
Después presentó sus escritos a la comunidad judía, pero fueron rechazados por
no haberse interpretado bien las sagradas escrituras. Esta situación lo llevó a
considerar la posibilidad de crear una nueva religión, lo cual ocurrió por el
año 662 de nuestra era.
No pasó mucho tiempo, cuando se
convirtió en un verdadero líder, no solamente religioso, sino político y
militar: manipuló a la población más pobre para conseguir adeptos; organizó y
participo en asaltos a caravanas que cruzaban el desierto; robo, asesinato y
saqueos eran las consignas de aquellos fanáticos quienes a espada y cuchillo
sometieron y conquistaron varias ciudades. Mahoma se casó doce veces y que
compartió al mismo tiempo con nueve esposas, según dicen las malas lenguas,
entre ellas se contaba una niña de apenas nueve años de edad. Mahoma – recuerdo
de nuevo a mi maestra de cuarto grado – fue el creador de la teología Islámica,
la cual quedó reflejada en el único libro sagrado que tienen los musulmanes: El
Corán, en el cual se recogen una serie de máximas y sentencias supuestamente
dictadas por el mismo Alá.
Antes de partir al otro mundo, es
decir antes de morir, visitó el Santuario de La Kaaba, piedra negra venerada en
La Meca y consagrada a Alá, y a la cual, todo mahometano, por lo menos una vez
en su vida, debe visitar.
Esta breve introducción histórica
se hace con el fin de visualizar al profeta musulmán como un hombre común y
corriente, como se dijo más adelante, con sus vicios y virtudes; tal vez más
vicios que virtudes o más virtudes que vicios, allá la interpretación que cada
uno pueda darle; en lo que mucha gente no está de acuerdo es con la
hipersensibilidad de los islamistas; en su mayoría son gentes muy sensibles a
cualquier crítica, comentario o alusión a su profeta; algo que consideren
ofensivo produce cambios en su personalidad, se les alteran las neuronas,
sufren taquicardias, les sube o baja la presión arterial, gesticulan, patalean,
protestan, amenazan de muerte y ejecutan a quienes incurren en algún hecho que
ellos consideren ofensivos a Mahoma.
Los hechos:
Cuando el escritor Salman
Rushdie- de origen indio, después nacionalizado ciudadano británico- escribió
en el año de 1988 la obra “Versos satánicos” en la cual se aludía a Mahoma y a
El Corán, se armó la gorda en los países musulmanes. La nación más ofendida fue
la República Islámica de Irán, donde transcurrido un año de la publicación del
libro, el ayatola Jomeini, santón mandamás en aquel entonces, decretó la muerte
del escritor mediante un parapeto jurídico llamado “fatwa”y ofreció una
recompensa a quien logrará darle muerte. Edicto y recompensa continúan vigente.
Quien no pudo escapar del odio
musulmán fue el cineasta, presentador de televisión y comentarista de prensa
Theo Van Gogh, de origen holandés y descendiente del célebre pintor Vicent van
Gogh, quien fue asesinado el año 2004 en Ámsterdam, por un fanático del islam.
¿Cuál fue el pecado de Theo?: realizó una cinta cinematográfica, la cual llevó
como título ”Submissión”; en la misma se dejaba al descubierto la forma
violenta como son tratadas las mujeres en el mundo musulmán, donde los hombres
no muestran ninguna consideración hacia ellas; simplemente, son consideradas
como objetos, no como personas.
El humor es algo muy serio para
los islamistas, no lo toleran cuando se trata de chistes, caricaturas o viñetas
donde se alude al profeta. Cuando el diario dinamarqués “Jyllands – Posten” se
atrevió a publicar en el 2005 una serie de caricaturas, donde en una de ellas
aparecía Mahoma ataviado con un turbante en forma de bomba, los musulmanes
montaron en cólera, y como de costumbre, se dedicaron al ataque de todas las
embajadas y consulados de Dinamarca, ubicados en el mundo árabe.
En los EE.UU de Norte América fue
creada una serie de dibujos animados protagonizados por cuatro niñitos obesos,
quienes utilizan un lenguaje no apto para niños. Bueno la serie es conocida con
el nombre de “South Park” y sus creadores pasaron un susto al ser amenazados de
muerte por un grupo islamista de Nueva York conocidos como “Revolutions
Muslim”.Su crimen: haber introducido en marzo de 2010, en uno de sus capítulos
al profeta islámico disfrazado con una piel de oso; desde luego que los
responsables del programa, se cagaron y cambiaron al personaje quien, al
quitarse el disfraz, ya no era el profeta sino ¡Santa Claus!
En el 2011, otro medio de
comunicación impreso sufrió los embates de la furia islámica: esta vez se trató
de la revista sátiro – humorista francesa “Charlie Hebdo” la cual, al publicar
algunos dibujos humorísticos sobre el profeta, su sede fue atacada y quemada
por los fanáticos mahometanos. Pero los editores de la revista no se
amilanaron, y en septiembre de 2012 publicaron nuevas caricaturas - ¡carajo!,
para eso existe libertad de expresión y pensamiento en el mundo libre.
Todos conocemos las fatales
consecuencias que trajo la exhibición de la película “El Silencio de los
Musulmanes” producida en el 2012 por cineastas norteamericanos, donde presentan
a Mahoma como un profeta mediocre, aberrado sexual, mentiroso y sanguinario.
Esto causó serias protestas en Egipto y otros países musulmanes; pero las
acciones más violentas ocurrieron en Libia, donde fue atacada la embajada de
los Estados Unidos y asesinados, por fanáticos islamistas, el embajador
Christopher Stevens y tres personas más del cuerpo diplomático. Los musulmanes
trataron de hacer lo imposible para que no se proyectara la película; pero ya
la plataforma comunicacional “You Tube”había exhibido un extracto de la cinta
por Internet.
Si hacemos una comparación entre
la actitud y comportamiento de islamistas y cristianos ante la crítica a sus
profetas, veremos que la diferencia es abismal: mucho se ha dicho, escrito,
satirizado en cine, televisión, comics y otros medios sobre la vida de
Jesucristo, y los católicos no han asesinado a nadie, ni han hecho grandes
alharacas sobre el asunto. Sin ir más lejos, la cinta cinematográfica dirigida
por Martin Scorsese en 1988 y que llevó como título “La ultima tentación de
Cristo” mostraban a un Jesús, abandonando su fe, casándose con María Magdalena
y a la muerte de ésta, contrajo matrimonio con otra mujer, un Jesús humano,
sencillo, que tuvo varios hijos; esta fue una tentación de Satanás, que en su
momento no pudo evitar. La película fue exhibida si mayores problemas.
Desde luego, si la cinta hubiese
sido sobre Mahoma mostrándolo tal cual era, no queda la menor duda que:
director, productor, interpretes, guionista y hasta los luminitos y recoge
cables ya hubiesen pagado caro el haber incurrido en semejante “blasfemia”
Para cerrar con broche de oro,
como se dice, en el Festival Cinematográfico de Venecia en septiembre de 2012,
un jurado calificador decidió premiar la película “Paraíso de fe” del austriaco
Ulrich Seia, donde en una de sus escenas aparece una mujer católica masturbándose
con un crucifijo.
En Verdad, a tolerancia, no hay
quien le gane a los cristianos.
José Omar Tirado.
http://cronicadeloabsurdo.blogspot.com