Dentro de pocos días van a conmemorarse los 521 años del
descubrimiento de América, hecho ocurrido el 12 de octubre de 1492, día conocido durante muchos años como: “Día de la Raza”;después, “Descubrimiento del Nuevo Mundo”: mas tarde,“Encuentro de dos Mundos” y ahora, el más absurdo de todos, “Día de la
Resistencia Indígena”
Este último patronímico dedicado a la magna fecha para celebrar la llegada de Cristóbal Colón, parece absurdo porque, cuando llegó a la isla de Guanhani - llamada después San Salvador, pues el navegante se salvó que lo linchara la tripulación si no avistaban tierra – no encontró ningún tipo de “resistencia”, sino el asombro de unos habitantes cuando vieron aparecerse en sus costas tres enormes canoas, tripuladas por unos tipos bastante raros. Ni en aquel día, ni en las semanas transcurridas después de la llegada, hubo enfrentamiento entre indios – como los llamó el Almirante- e hijos de la madre patria; la resistencia vendría después.
- No
llegaría a descubrir una nueva ruta para llegar al Asía, como era su deseo.
- El continente descubierto por él, no llevaría su nombre – como sería lo correcto – sino el de un paisano suyo, arribista, tracalero y aventurero.
- Que muchos siglos después, gobernantes populistas y demagogos de algunas naciones ubicadas en tierras Sudamericanas, atacarían con saña su legado histórico y más tarde, drenaran su odio en hacia el descubridor, arremetiendo con furia y crueldad en contra de las estatuas y otros monumentos erigidos a su memoria.
Ahora bien, son innumerables las cosas que se han dicho, se
dicen y seguirán diciendo por mucho tiempo de Colón; algunas con justificada
razón, como: no saberse a ciencia cierta si era genovés, portugués, catalán, o de otra nacionalidad; si era católico, judío
o de otra religión; se le acusa de haber sido esclavista – aunque el esclavismo
fue un modo de producción económico para aquella época, y el cual dio paso al
modo de producción feudal - catalogado como tirano, coñastrón, negrero,
despojador de riquezas y bienes indígenas, etc., etc., y un largo etc…..
Lo que sí parece como traído de los pelos, es ese afán
destructivo de los monumentos levantados por gobernantes en distintas ciudades,
o que fueron donados por otras
naciones para recordar la obra del
descubridor de América. Casualmente, la proliferación de estos hechos, no son
casos aislados. Veamos lo ocurrido recientemente en algunos países:
VENEZUELA.
Bien, el caso es que en este bello país, se atornilló en el
poder un dictador que pretendió ser eterno, pero se murió como se muere cualquier
hijo de vecino - no sabemos si para bien o para mal, ya que la vaina sigue
igual- Lo cierto es que este señor transfirió el odio que sentía por Colón
hacia las personas que lo seguían, y miren lo que sucedió:
En octubre
de 2004, el Presidente de Venezuela, pidió a los latinoamericanos no celebrar
el “Día de la Raza” porque ese 12 de octubre de 1492, según él, comenzó a
gestarse un un "genocidio"
contra los indios a manos de los conquistadores. Ni cortos ni
perezosos, algunos seguidores y adulantes del “comandante” – como le gustaba
que lo llamasen - se dieron a la “noble”
tarea de derribar una estatua de cuerpo entero del Almirante, ubicada en el
Paseo Colón de la ciudad de Caracas, un
monumento muy viejo inaugurado en 1894
por el Presidente Joaquín Crespo. Era todo un tétrico espectáculo, ver a aquellos energúmenos arrastrar los
restos de la escultura por las calles caraqueñas.
En el centro
de ciudad capital, existe un parque nacional conocido como “el Calvario” se
trata de una colina empinada a la cual se puede llegar a su cima, bien en automóvil por una vereda asfaltada, o a pié
subiendo una serie de escalinatas. En lo alto del parque se encontraba desde
1898, una estatua de Colón, la cual se
mantenía en su pedestal señalando con su
dedo el horizonte, y así duró hasta el 27 de marzo de 2009, cuando un Alcalde
chavista, quien como todos los alcaldes de esa tendencia, es decir adulante
hasta la médula, para congraciarse con el amo mando a remover la estatua de ese
sitio, acción que fue aplaudida por el dictador y transmitida en Cadena Nacional
de radio y TV. Donde se encuentra hoy día dicha escultura, es un misterio.
Justamente
durante una de esas visitas, apareció en el diario El Espectador de Colombia,
una reseña periodística donde se narra una conversación entre Cristina
Fernández y Hugo Chávez, con respecto a un monumento dedicado al Almirante
Colón: Chávez se molestó porque la estatua se veía a través del ventanal del salón, y así se
lo hizo saber a la mandataria; pero ésta lo atajó diciéndole: “Quédate
tranquilo Hugo, Colón nos da la espalda, no nos mira”
Se trae esto a colación, porque el gobierno argentino
decidió trasladar a Mar del Plata el
monumento antes mencionado. ¿Por qué?, es la pregunta que se hace la
comunidad argentina e italiana, quienes han alzado su voz de protesta; a lo
mejor la respuesta puede estar en que, cada vez que la mandataria viuda de
Kirchner, miraba la famosa estatua ubicada detrás de la Casa Rosada, acudían a su memoria recuerdos tristes y
alegres de su colega venezolano. Bien, como dice el refrán español “piensa mal
y acertaras”.
Pero la
posición de Morales con respecto a la conmemoración de la fecha del
descubrimiento, es bastante dura. Una
vez declaró lo siguiente, según un diario local: “Este miércoles 12 de octubre,
coincide con un aniversario más de la llegada de Cristóbal Colón a América en
1492, una fecha que los pueblos indígenas consideran nefasta”
En estas fechas de la “resistencia indígena”, es bueno
colocar a modo de reflexión una nota de prensa boliviana:
¡Una perla!: Campesinos en su mayoría indígenas, gobernados
por un hombre de procedencia indígena,
que no le tiembla la mano para mandar a someter y reprimir con el
ejército y la policía, a un pueblo indígena que protesta.
José Omar Tirado
Caracas. Venezuela
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