Dentro de pocos días nos
enteraremos de un gigantesco fraude electoral que, lo más probable, vaya a
ocurrir en una nación latinoamericana cuyo territorio se encuentra frente al
mar Caribe, o mar de Las Antillas como también suele conocerse y, aparte de
Cuba, también se encuentra gobernada por
una oprobiosa dictadura. Uno no es ningún Nostradamus, San Malaquías, ni nada
que se le parezca, pero se tiene el presentimiento que las cosas van a suceder
de la manera siguiente:
Llega el esperado día domingo 6
de Diciembre del 2015 y va a realizarse
un proceso electoral para elegir los diputados que representarán al pueblo en
la Asamblea Nacional (antes conocido como Congreso Nacional y más tarde eliminado
mediante un Referéndum Constituyente)
El relajo comienza a partir de las
3.00 de la madrugada, cuando los ciudadanos que
dormían plácidamente, despiertan sobresaltados por estruendosos fuegos
artificiales, música de marchas militares a máximo volumen y gritos a todo
pulmón de los pocos seguidores del régimen: Si, son pocos, pero hacen mucha
bulla. Mentadas de madre y otras frases de alto calibre se dejan escuchar desde
las ventanas de las casas y apartamentos de los residentes que fueron levantados de sus camas con semejantes
alborotos; después algunos lograran conciliar el sueño, otros no.
A eso de las 7 de la mañana, las
radioemisoras y televisoras en poder del gobierno – que superan en número a las
privadas – y las del sector privado – cuya mayoría se arrastran como gusanos
ante el poder – comienzan su maratón informativo: entrevistas a funcionarios del alto gobierno que van a hacer
uso del sufragio, y a uno que otro candidato de la oposición; Imágenes del
movimiento de tropas con material electoral; fachada de los establecimientos
educativos utilizados como centros de
votación; tomas de aceras en calles y verdeas de barrios y urbanizaciones donde
la gente comienza a hacer la fila o cola para ejercer su derecho al voto -
viene al caso que son las mismas personas que ya se acostumbraron a las largas
colas que que hacen todos los días con la esperanza de adquirir alimentos o
medicamentos, algunos llegan al final sin conseguir nada-
A las 9.00 a.m. comienzan a
transmitir por TV el despliegue militar y toda la parafernalia protocolar
porque el dictador va votar en la escuela que le corresponde; sin embargo,
puede hacerlo donde le de la gana. Llega manejando un autobús porque, según él,
es un presidente obrero, aunque es lo más anti obrero que pueda existir. En los
centros de votación donde se presume que pueda ganar la oposición, las mesas se
instalarán muy tarde, con la excusa de no disponer aún del cotillón electoral.
Las imágenes que siguen mostrando los canales de televisión, son de lo más
anodinas y fastidiosas que se pueda imaginar. Llegado a este punto toman el
control real de la información las redes sociales: Twitter y Facebook serán, de
ahora en adelante, los encargados de mantener una conexión informativa con el
resto de la población.
10.00 a.m. Comienzan a suceder
cosas que la prensa amordazada y las televisoras sumisas no se atreven a
difundir, es entonces cuando entran en actividad los usuarios de twitter y
otras redes sociales para informar casos como: testigos electorales de algunas
mesas de votación retirados de manera
violenta por militares y otros energúmenos afectos al régimen; motorizados
civiles armados hasta los dientes al servicio del gobierno comenzarán a dar
vueltas por los centros de votación amedrentando y vejando ciudadanos para que
no voten a favor de tal o cual candidato de la oposición; disparos de armas de
alto calibre se dejarán oír, y se presentarán violentas agresiones en contra de
los votantes; pero por radio o televisión, nunca se sabrá lo que está
ocurriendo: ¡¡chito, aquí no está pasando nada!!
Muchas personas denunciarán - sin
que les paren bola - que un considerable número de máquinas no van a entrar en
el juego por estar dañadas (las amañadas si funcionarán) cuando esto ocurre se
pierde tiempo y votos ya que por estos lados la votación no es manual sino digital.
Tampoco se podrá observar por los medios nacionales, los maltratos y agresiones
que propinarán policías, militares y activistas del régimen a los periodistas
internacionales que se atrevan a transmitir a sus respectivos medios de
comunicación lo que en realidad pueda estar ocurriendo.
Aunque la votación es universal,
directa y secreta; es decir, nadie sabe por quién vota una persona, siempre
algún testigo de mesa afecto al gobierno trasgrede esta regla: se coloca por
detrás del votante para observar por quién lo hizo, o acompaña a una viejita o
algún discapacitado para que ponga el pulgar en el lugar donde aparece la
tarjeta del candidato oficialista. Lo llaman el voto asistido.
Como el oficialismo no las tiene
todas consigo por tratarse de un régimen forajido, fascista, impopular y
manipulador y se ve a todas luces que va a salir trasquilado en esta contienda
electoral, va a ordenar que alrededor de unas 700.000 persona ya fallecidas y
que aún no han sido retiradas de los cuadernos de votaciones, sean dispuestas a
votar a favor de los candidatos del gobierno. La trampa no es nueva, lo han
hecho en otras ocasiones. También aparecerán votando a favor de los candidatos
gubernamentales personas con los nombres de Supermán, Batmán, Kalimán, Tamakúm,
Popeye el marino, el capitán Araña, el sargento Gonzalez (aquí los militares también votan)
6.00 p.m. La mayoría de los
votantes han ejercido su derecho al
sufragio, ya no hay gente haciendo cola para votar y debería procederse al
cierre de mesas; sin embargo, las autoridades del Consejo Electoral darán una
prorroga, esperando que el sector oficialista siga trayendo en autobuses,
camionetas, camiones y hasta en bicicletas,
a personas que se ganarán un buen dinerito contante y sonante para que voten por los candidatos gubernamentales.
8.30 p.m. Ya todos los habitantes
del país conocen los resultados: bien sea por las consultas en boca de urna,
las proyecciones estadísticas o también por las informaciones que tienen los
partidos políticos a través de sus representantes de mesa. No obstante, la
presidenta del organismo electoral ordenará que algunos centros de votación
continúen abiertos porque, según su lógica retorcida, todavía deben encontrarse
personas dispuestas a votar. Lo que en realidad sucede es que los números no
cuadran, el régimen pierde la mayoría de los diputados, gana la oposición y
está esperando órdenes del Ejecutivo Nacional para dar los resultados.
11.00 p.m. Las llamadas
telefónicas entre el palacio presidencial y el Consejo Electoral no cesan. El
miedo corroe las entrañas del régimen; el dictador, que ya conoce los
resultados porque tiene en sus manos el cómputo total, se niega a reconocer el
triunfo de los contrarios, se dirige a
la presidenta del ente comicial:
-¿Mira mija, como es eso que
perdimos las elecciones? - ella toda
compungida responde – los resultados no son favorables, la gente votó en contra
nuestra - ¡¡Coño!! Eso no puede estar pasando - barbulló el dictador y le ordenó
- hay que arreglar esa vaina. ¿Dime si pusieron a votar a todos los muertos? –
Si, mi presidente; pero esos solamente sumaron 600.000 votos del padrón
electoral - ¿y los multicedulados? Mira que esos son bastantes - acotó el
hombre al borde de una aneurisma - También su excelencia, pero recuerde que
muchos de ellos eran de la hermana república y usted los expatrió cuando cerró la frontera - , se atrevió a
farfullar tímidamente la funcionaria - Bueno, como ya te lo dije, tu arreglas
esa vaina, ve a ver como haces - terminó de hablar el dictador y colgó el
teléfono.
Bueno, aquí es donde comienza el
corri corri de los altos funcionarios. Hay que maquillar las cifras, establecer
los contactos para sobornar a personajes de dudosa calaña que forman filas en
la disidencia, pero que en realidad son quinta columnas del gobierno. Comienzan
las negociaciones, las componendas, “tú me apoyas y después yo te pongo donde
están los reales para que te llenes”
2.00 a.m. Hace dos horas comenzó
la madrugada del 7 de Diciembre, y es cuando una gorda y ojerosa representante del
“Poder Electoral” se presentará ante unos somnolientos periodistas que
esperaron largas horas para conocer los resultados de las elecciones. Se
acurrucará en su asiento frente a la mesa que da al palco de prensa acompañada
por los demás miembros del ente electoral, y comenzará a narrar en cadena de
radio y televisión las tediosas letanías de siempre:
Coff , coof (tos nerviosa) – Voy
a proceder anunciar los ganadores en esta contienda electoral, cuyos resultados
son irreversibles dada la proyección numérica de los mismos - Se aclara la voz y prosigue: - El candidato a diputado por el partido de
gobierno ciudadano Perico de los Palotes, ha ganado por una catajarra de votos la
nominación…… El representante por el partido comunista, Dr. Rosado Rojo, obtuvo la friolera de yo no sé
cuantos votos para encargarse de la diputación por la región de los llanos…… La
doctora fulana de tal……….
Y así continuará, dando como
ganadores a los candidatos oficialistas por quienes muy pocos electores
votaron, consumándose el fraude que va a
echar por tierra las esperanzas de un pueblo que amanecerá con un dedito cubierto
de tinta indeleble en señal de haber cumplido con su deber. Un fraude que acabará
con el anhelo de iniciar un proceso de cambio que pueda traer paz, progreso y
prosperidad a una nación que pasó de ser la más rica del hemisferio, a
convertirse por obra y gracia de una absurda
revolución comunista liderada por un militar frustrado y resentido, en una de
las más pobres y necesitadas del continente
José Omar Tirado
http://cronicadeloabsurdo.
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