En
varias ocasiones y lugares hemos tenido la oportunidad de oír frases
como las siguientes: “Compadre, la conversa está muy buena, pero me
tengo que ir, dejé la casa patas arriba y voy a ver si la arreglo un
poco”; “¡Mire amigo, a ver si ordena su escritorio que lo tiene patas
arriba!” y también “Ese carajo tiene ese Ministerio patas arriba, así no
van a llegar a ningún lado”
Es una expresión muy utilizada en lenguaje coloquial para referirnos de una manera real o metafórica que
algo no funciona bien, se encuentra desordenado y las cosas no se
presentan como sería deseable, por lo tanto necesitan un arreglo o
acomodo. Esto puede aplicarse a una casa, habitación, oficina, organismo público y, porque no, a un país.
En
el caso de Venezuela, una nación bajo el dominio de un régimen
dictatorial cívico-militar - desde luego, más militar que civil, - dónde los
cargos de mayor relevancia en gobierno se encuentran bajo el control
absoluto de las Fuerzas Armadas, cuyos altos miembros abandonaron los
cuarteles para dedicarse a un negocio mucho más lucrativo: la política.
Esto ha traído como consecuencia que el país se encuentre patas arriba.
A
los oficiales de mayor jerarquía dentro del estamento militar, el
dictador les encomendó la función de administrar la mayoría de los
servicios públicos, entre estos: la distribución de alimentos
(desaparecidos desde hace tiempo de los mercados y abastos);
distribución de gasolina, que siendo la nación un emporio petrolero,
ésta casi no se encuentra en las estaciones de servicio; distribución de
medicamentos y otros productos sanitarios (ausentes en los anaqueles de
las farmacias y demás comercios del ramo); pero por si fuera poco, nos
encontramos con la más grande ridiculez jamás vista cuándo el mandamás
nombra a cada uno de estos individuos como: el General arroz, el
Almirante caraota, el comandante pollo, o gallina según el caso, el
Vicealmirante azúcar, y así por el estilo
Por otro lado, en cada acción de calle que el pueblo hace contra la dictadura, los manifestantes que
tienen la mala suerte de caer en las garras de los esbirros del régimen
– en su mayoría jóvenes estudiantes - son presentados, después de
vejarlos y torturarlos , ante los tribunales
militares para que sean procesados por jueces militares y luego
enviarlos a penales donde deben convivir con presos de alta
peligrosidad; algunos son trasladados a presidios instalados en el
corazón de la selva venezolana, ahí los muchachos contraen enfermedades tales como el paludismo y otras que
ya se creían erradicadas. Pero dejemos a los militares quietos por un
rato, y veamos otros organismos que tienen al Estado cabeza abajo.
Venezuela es tal vez el único país del mundo que tiene dos Poderes Legislativos. El primero: la
Asamblea Nacional (AN) electa por el pueblo de manera directa,
universal y secreta, en la cual participaron todos los partidos
políticos tanto de la oposición como del gobierno, donde los demócratas
obtuvieron 112 diputados representando la mayoría calificada por tener
los dos tercios de los asambleístas, y el régimen, con 55 diputados, sacó la peor parte.
Sabemos que la
separación de poderes es algo que no existe en los regímenes
dictatoriales, y dado que la AN electa por el pueblo no se subyugó a las
apetencias del Poder Ejecutivo y Judicial, una vez instalada comenzó a
cuestionar la designación de magistrados al Tribunal Supremo de
Justicia, medida desesperada de la anterior Asamblea, cuyo Presidente
los eligió a dedo el 23 de diciembre de 2015, cuando ya las sesiones
habían concluido por el período de vacaciones navideñas. Los jueces
recién designados, todos afectos al gobierno – no faltaba más – se
sintieron ofendidos y decidieron, mediante Decreto quitarle a la AN sus
funciones legislativas. Este írrito acto jurídico fue considerado por
casi todos los venezolanos como un golpe de Estado. Comenzaron las
manifestaciones de calle con su secuela de muertos y heridos – lo que
son las vainas: en Catalunya hubo una gran manifestación el día primero
de octubre, fecha de la consulta popular para el referéndum, donde hubo
heridos (las policías en todas partes del mundo actúan como verdaderos
guarros) pero ninguna muerte que lamentar
Los magistrados del
TSJ, ante el rechazo de la ciudadanía, se chorrearon todo y echaron para
atrás dicho decreto, pero ya el mal estaba hecho y las protestas
nacionales e internacionales continuaron. El gobierno perdía
legitimidad, y ni corto ni perezoso convocó y
organizó unas elecciones fraudulentas para elegir una nueva Asamblea;
así nació la segunda instancia legislativa: la Asamblea Nacional
Constituyente (ANC) electa por los partidarios del gobierno; es bueno
decir que en las elecciones para conformar dicha
Asamblea, no tuvo participación todo el pueblo, ya que los partidos de
oposición no avalaron esa consulta por considerarla una burla al Estado
de Derecho y una burda copia del modelo cubano (en lo cual tenían y
tienen toda la razón) a todas luces, esta ANC de corte fidelista, es ilegal ya que todos sus diputados (la bicoca de 545 personas) pertenecen o son fectos al partido de gobierno.
Cuándo se instaló en el Palacio Legislativo la Asamblea Constituyente cubana, ese mismo día había un acto de la otra AN -la del pueblo- y
los simpatizantes del gobierno con sus fuerzas de choque, agredieron a
los diputados opositores y miembros de los medios de comunicación que
cubrían el evento, todo esto bajo la mirada complaciente de la Guardia
Nacional (otra vez los militares; pero bueno, que le vamos a hacer) quienes no movieron un dedo para controlar a los agresores.
Una de las primeras
acciones de la Asamblea Constituyente, fue desincorporar de sus
funciones a la Fiscal General de la Republica, ratificada por la
legitima Asamblea, ya que comenzaba a incomodar
al régimen al dar inicio a las investigaciones sobre la violación de los
Derechos Humanos, los juicios militares a la población civil y los
sobornos recibidos por los altos jerarcas de la dictadura de parte de la
empresa transnacional Odebrecht. En su lugar fue designado uno de los más fieles y adulantes servidores del gobierno como nuevo Fiscal General.
La Fiscal auténtica se
vio en la necesidad de salir del país ante las amenazas de prisión o
muerte, por sus conocimientos sobre los muchos contratos celebrados
entre la empresa y el Estado para la construcción de puentes,
autopistas, ampliación de las líneas del Metro y otras obras, que
desembolsaron una comisión de noventa y ocho mil millones de dólares
repartidos entre las gestiones de Chávez y Maduro, según informe
aparecido en la “Fohla de Sao Paulo” quien a su vez obtuvo la información del Departamento de Justicia Norteamericano.
En la mayoría de los países donde hubo sobornos de funcionarios por parte de la empresa constructora, los corruptos han
comenzado a ser juzgados; ahí tenemos el caso de Ecuador, Perú,
Argentina, Brasil y otros países cuyos presidentes han tenido el valor
de hacer justicia, pero aquí en Venezuela resulta bastante raro observar que nadie ha visto, sabe o dice nada sobre sus corruptos funcionarios
Los jerarcas del
régimen, entre ellos la flamante Presidenta del Poder Electoral, al ver
que la oposición no participó en el tramposo juego de la constituyente
oficialista, convocaron de inmediato los comicios para elegir gobernadores de los estados que conforman la República de Venezuela, basados
en la firme creencia de que las fuerzas opositoras no participarían y
así ganar todas las gobernaciones; pero les salió el tiro por la culata,
porque éstos aceptaron el reto, convencidos de
que son mayoría y pueden ganar en muchos estados. Ya lo habían
demostrado en las elecciones parlamentarias del 2015 y en
las presidenciales del 2013, dónde ganó el candidato opositor; pero
este no tuvo el coraje de defender su victoria, y el tramposo Consejo
Nacional Electoral (CNE) dio como ganador con el 50.6 % de los votos, a
quien más temprano que tarde se convertiría en el nuevo dictador. Bueno,
amanecerá el 15 de Octubre cuando la gente salga a votar y ya veremos.
Por si fueran pocos
los problemas que tienen al país patas arriba, también se suman a estos
la fuga de cerebros. Las universidades cada año gradúan médicos,
arquitectos e ingenieros, los cuales, una vez obtenido sus respectivos
títulos profesionales, se dirigen a los consulados y embajadas de otros
países para “apostillar” sus documentos y largarse a otras tierras en
busca de un mejor futuro, ya que en Venezuela no cuentan con eso. Pero
no solamente los profesionales buscan emigrar, también lo hacen jóvenes sin ninguna preparación en busca de mejores condiciones de vida. Así vemos a países hermanos como Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Argentina, Brasil
y otros tantos que han brindado la oportunidad de acogerlos en su seno.
Es común oír decir que el porvenir de Venezuela se está yendo otras tierras, y que pronto sólo quedaremos los viejos.
José Omar Tirado.
Caracas, Octubre de 2017