jueves, 12 de octubre de 2017

UN PAIS PTAS ARRIBA


En varias ocasiones y lugares hemos tenido la oportunidad de oír frases como las siguientes: “Compadre, la conversa está muy buena, pero me tengo que ir, dejé la casa patas arriba y voy a ver si la arreglo un poco”; “¡Mire amigo, a ver si ordena su escritorio que lo tiene patas arriba!” y también “Ese carajo tiene ese Ministerio patas arriba, así no van a llegar a ningún lado”
Es una expresión muy utilizada en lenguaje coloquial para referirnos de una manera real o metafórica  que algo no funciona bien, se encuentra desordenado y las cosas no se presentan como sería deseable, por lo tanto necesitan un arreglo o acomodo. Esto puede aplicarse a una casa, habitación, oficina,  organismo público y, porque no, a un país.
En el caso de Venezuela, una nación bajo el dominio de un régimen dictatorial cívico-militar - desde luego, más militar que civil, - dónde  los cargos de mayor relevancia en gobierno se encuentran bajo el control absoluto de las Fuerzas Armadas, cuyos altos miembros abandonaron los cuarteles para dedicarse a un negocio mucho más lucrativo: la política. Esto ha  traído como consecuencia que el  país se encuentre patas arriba.
A los oficiales de mayor jerarquía dentro del estamento militar, el dictador les encomendó la función de administrar la mayoría de los servicios públicos, entre estos: la distribución de alimentos (desaparecidos desde hace tiempo de los mercados y abastos); distribución de gasolina, que siendo la nación un emporio petrolero, ésta casi no se encuentra en las estaciones de servicio; distribución de medicamentos y otros productos sanitarios (ausentes en los anaqueles de las farmacias y demás comercios del ramo); pero por si fuera poco,  nos encontramos con la más grande ridiculez jamás vista cuándo el mandamás nombra a cada uno de estos individuos como: el General arroz, el Almirante caraota, el comandante pollo, o gallina según el caso, el Vicealmirante azúcar, y así por el estilo
Por otro lado, en cada acción de calle que el pueblo hace  contra  la dictadura, los manifestantes  que tienen la mala suerte de caer en las garras de los esbirros del régimen – en su mayoría jóvenes estudiantes - son presentados, después de vejarlos y  torturarlos , ante los tribunales militares para que sean procesados por jueces militares y luego enviarlos a penales donde deben convivir con presos de alta peligrosidad; algunos son trasladados a presidios instalados en el corazón de la selva venezolana,  ahí  los muchachos contraen enfermedades tales como el paludismo y otras  que ya se creían erradicadas. Pero dejemos a los militares quietos por un rato, y veamos otros organismos que tienen al Estado cabeza abajo.
 Venezuela es tal vez el único país del mundo que tiene dos Poderes Legislativos. El primero:  la Asamblea Nacional (AN) electa por el pueblo de manera directa, universal y secreta, en la cual participaron todos los partidos políticos tanto de la oposición como del gobierno, donde los demócratas obtuvieron 112 diputados representando la mayoría calificada por tener los dos tercios de los asambleístas, y el régimen, con 55 diputados,  sacó la peor parte.
Sabemos que la separación de poderes es algo que no existe en los regímenes dictatoriales, y dado que la AN electa por el pueblo no se subyugó a  las apetencias del Poder Ejecutivo y Judicial, una vez instalada comenzó a cuestionar la designación de magistrados al Tribunal Supremo de Justicia, medida desesperada de la anterior Asamblea, cuyo Presidente los eligió a dedo el 23 de diciembre de 2015, cuando ya las sesiones habían concluido por el período de vacaciones navideñas. Los jueces recién designados, todos afectos al gobierno – no faltaba más – se sintieron ofendidos y decidieron, mediante Decreto quitarle a la AN sus funciones legislativas. Este írrito acto jurídico fue considerado por casi todos los venezolanos como un golpe de Estado. Comenzaron las manifestaciones de calle con su secuela de muertos y heridos – lo que son las vainas: en Catalunya hubo una gran manifestación el día primero de octubre, fecha de la consulta popular para el referéndum, donde hubo heridos (las policías en todas partes del mundo actúan como verdaderos guarros) pero ninguna muerte que lamentar
Los magistrados del TSJ, ante el rechazo de la ciudadanía, se chorrearon todo y echaron para atrás dicho decreto, pero ya el mal estaba hecho y las protestas nacionales e internacionales continuaron. El gobierno perdía legitimidad,  y ni corto ni perezoso convocó y organizó unas elecciones fraudulentas para elegir una nueva Asamblea; así nació la segunda instancia legislativa: la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) electa por los partidarios del gobierno; es bueno decir que en las elecciones para conformar  dicha Asamblea, no tuvo participación todo el pueblo, ya que los partidos de oposición no avalaron esa consulta por considerarla una burla al Estado de Derecho y una burda copia del modelo cubano (en lo cual tenían y tienen toda la razón) a todas luces, esta  ANC de corte fidelista, es ilegal ya que todos sus diputados (la bicoca de 545 personas)  pertenecen o son fectos al partido de gobierno.
Cuándo se instaló en el Palacio Legislativo la Asamblea Constituyente cubana, ese mismo día  había un acto de la otra  AN  -la del pueblo-  y los simpatizantes del gobierno con sus fuerzas de choque, agredieron a los diputados opositores y miembros de los medios de comunicación que cubrían el evento, todo esto bajo la mirada complaciente de la Guardia Nacional  (otra vez los militares;  pero bueno, que le vamos a hacer) quienes no movieron un dedo para controlar a los agresores.
Una de las primeras acciones de la Asamblea Constituyente, fue desincorporar de sus funciones a la Fiscal General de la Republica, ratificada por la legitima Asamblea, ya que comenzaba a  incomodar al régimen al dar inicio a las investigaciones sobre la violación de los Derechos Humanos, los juicios militares a la población civil y los sobornos recibidos por los altos jerarcas de la dictadura de parte de la empresa transnacional Odebrecht.  En su lugar fue  designado uno de los más fieles y adulantes servidores del gobierno como nuevo Fiscal General.
La Fiscal auténtica  se vio en la necesidad de salir del país ante las amenazas de prisión o muerte, por sus conocimientos sobre los muchos contratos celebrados entre la empresa y el Estado para la construcción de puentes, autopistas, ampliación de las líneas del Metro y otras obras, que desembolsaron una comisión de noventa y ocho mil millones de dólares repartidos entre las gestiones de Chávez y Maduro, según informe aparecido en la “Fohla de Sao Paulo” quien a su vez  obtuvo la información del Departamento de Justicia Norteamericano.
En la mayoría de los países donde hubo sobornos de funcionarios por parte de la empresa constructora, los corruptos  han comenzado a ser juzgados; ahí tenemos el caso de Ecuador, Perú, Argentina, Brasil y otros países cuyos presidentes han tenido el valor de hacer justicia,  pero aquí en Venezuela resulta bastante raro observar que nadie ha visto, sabe o dice nada sobre sus corruptos funcionarios  
Los jerarcas del régimen, entre ellos la flamante Presidenta del Poder Electoral, al ver que la oposición no participó en el tramposo juego de la constituyente oficialista, convocaron de inmediato los comicios para elegir  gobernadores de los estados que conforman la República de Venezuela,  basados en la firme creencia de que las fuerzas opositoras no participarían y así ganar todas las gobernaciones; pero les salió el tiro por la culata, porque éstos  aceptaron el reto, convencidos de que son mayoría y pueden ganar en muchos estados. Ya lo habían demostrado en las elecciones parlamentarias del 2015 y  en las presidenciales del 2013, dónde ganó el candidato opositor; pero este no tuvo el coraje de defender su victoria, y el tramposo Consejo Nacional Electoral (CNE) dio como ganador con el 50.6 % de los votos, a quien más temprano que tarde se convertiría en el nuevo dictador. Bueno, amanecerá el 15 de Octubre cuando la gente salga a votar y ya veremos.
Por si fueran pocos los problemas que tienen al país patas arriba, también se suman a estos la fuga de cerebros. Las universidades cada año gradúan médicos, arquitectos e ingenieros, los cuales, una vez obtenido sus respectivos títulos profesionales, se dirigen a los consulados y embajadas de otros países para “apostillar” sus documentos y largarse a otras tierras en busca de un mejor futuro, ya que en Venezuela no cuentan con eso. Pero no solamente los profesionales buscan emigrar, también lo hacen jóvenes  sin ninguna preparación en busca de mejores condiciones de vida. Así vemos a  países hermanos como Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Argentina,  Brasil y otros tantos que han brindado la oportunidad de acogerlos en su seno. Es común oír decir que el porvenir de Venezuela se está yendo  otras tierras, y que pronto sólo quedaremos los viejos.

José Omar Tirado.
Caracas, Octubre de 2017

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